Joan Mayans
i Planeéis, nacido en Ibiza en 1974, es licenciado en Historia y
Antropología Social y Cultural por la Universidad de Barcelona y
autor del libro Sota un silenci amb mil orelles. Perspectives socials sobre
ciborgs i ciberespais, galardonado con el Premio Nadal Batlle i Nicolau,
de la Universitat de les Illes Balears, y de varios artículos académicos
y divulgativos fruto de sus investigaciones. Desde el 2000 es director del
Observatorio para la CiberSociedad, un espacio de encuentro, investigación
y difusión del análisis crítico de las Nuevas Tecnologías
de la Comunicación desde las ciencias sociales. En este ámbito
electrónico ha coordinado el pionero Primer Congreso on line del
Observatorio para la CiberSociedad.
http://cibersociedad.rediris.es/mayans
jmayans@cibersociedad.net
Que
el ciberespacio no sea comparable a otros medios de comunicación
de masa, que no posea centro y que cualquier persona pueda convertirse eventualmente
en emisor, así como su accesibilidad económica y de conocimientos
previos, hace que este entorno posea un tremendo potencial no sólo
de aprendizaje individual, sino de acción social desde lo local a
lo global.
Así lo considera, el director del Observatorio para la CiberSociedad,
Joan Mayans i Planells, involucrado ahora en pleno proceso de lanzamiento
del II Congreso online de esta entidad, y que ha desarrollado múltiples
trabajos en torno a la concepción del ciberespacio, su relación
con lo global y lo local, las dinámicas de interacción e intercambio
simbólico en este entorno, y los aspectos lingüísticos
y formales del discurso por ordenador.
¿Por qué a su juicio, Internet al contrario
de lo que muchos piensan, no es símbolo de una revolución
social y cultural al menos desde sus aspectos técnicos?
Esto yo lo sitúo a nivel de una paradoja: planteo que la tecnología
informática es bastante «tonta», por decirlo de alguna
manera, tú enchufas el ordenador y por sí mismo, él
solo, no hace nada, no responde como la televisión, la nevera o el
teléfono móvil que con ciertas órdenes básicas
son capaces de cumplir con su finalidad. En ese sentido, planteo que desde
una visión netamente técnica, las nuevas tecnologías
no constituyen una revolución. Diversas voces planteaban la sospecha
de grandes cambios a partir de Internet como si de algo sobrenatural se
tratara, que llegaría a una cierta revolución tecnológica
que transformaría todo. Sin embargo, como tecnología autónoma
es bastante menos determinante que otros inventos, sólo puede ser
concebida en relación con las personas que están detrás.
Lo que sí debe quedar claro es que la tecnología informática
tiene otro potencial y es que permite generar un mundo de posibilidades
y oportunidades. Lo realmente revolucionario, si se quiere, no radica en
las características tecnológicas concretas de Internet sino
en que se trata de una tecnología social. Esta tecnología
informática abre posibilidades, permite dar, en cierta forma, «poder»
al ciudadano. Ahí está su hipotética revolución.
En ese mismo sentido, ¿cómo se manifiestan
estas posibilidades para los sujetos?, pues mientras por un lado se dice
que Internet ofrece una avalancha de información; por otro, se afirma
que existe una crisis de contenidos en la Red. ¿Cuál es su
postura al respecto?
?Los ordenadores son máquinas tremendamente tontas porque no hacen
nada por ellas mismas, pero a la vez tienen un tremendo potencial, de modo
que el usuario puede sacarles mucho más jugo a medida que aprende
a utilizarlas y experimenta con ellas.“
Para entender esto, tenemos que decidir antes de qué crisis hablamos.
La crisis de contenidos de Internet a la que se alude frecuentemente, parte
de una visión incorrecta de lo que es el ciberespacio y, como resultará
obvio, su solución se aborda desde esa misma interpretación
equivocada.
Se parte asimilando Internet a la televisión u otro mass media, como
medio de broadcasting, es decir «de uno a muchos», pero al hacer
esto, aplicando el esquema de los medios de comunicación de masas
tradicionales, donde aparece un emisor y un público, es a mi modo
de ver, un error ya que en el ciberespacio, tanto el rol de emisor como
de público se rompe proporcionalmente a la cantidad de usuarios que
de Internet existen.
Por ahí va la clave para entender la forma en que la tecnología
puede convertirse en herramienta de aprendizaje. Hoy se plantea un cierto
estancamiento en la entrada de ADSL, pero no por que tenga que ver con la
tecnología en sí, sino porque no se ha encontrado un sector
importante de la población que se motive para adquirirla. Y esto
nos lleva a la crisis de contenido. Tal vez ahora debiera superarse el texto,
ya que la misma tecnología lo permite, se requieren nuevos contenidos,
y para ello, se tienen que brindar a la gente nuevas capacidades, se requiere
formación. No faltan buenos escritores para la Red, como algunos
plantean, sino que se requiere multiplicar el volumen de productores de
contenidos y explorar las nuevas formas de escritura que el ciberespacio
posibilita. Se trata de un espacio de posibilidad y de experimentación,
pero para que ello se produzca y genere sus propios contenidos, hace falta
dejar de pensar el ciberespacio como «un teléfono muy sofisticado»
o una «televisión con messenger y mp3», por ejemplo.
¿Cuáles son, a su juicio, las características
del «ciberespacio» que lo hacen diferente a cualquier otro entorno
mediático?
Bueno, son muchas las características que este nuevo espacio tiene.
Una de las características importantes es su accesibilidad. Toda
esta tecnología informática es relativamente de fácil
acceso, y esto es importante considerarlo para ver cuánto es lo que
puede dar de sí el ciberespacio. Está claro que esta accesibilidad
en algunas partes del globo se encuentra limitada por la estructura económica
y social que poseen, pero a pesar de esta lamentable realidad, a la Red
tienen acceso millones de personas, lo que hace que sea una tecnología
accesible desde un punto de vista económico.
Además esta tecnología no requiere de especialistas para operarla,
tiene una exigencia baja. Los ordenadores son máquinas tremendamente
tontas porque no hacen nada por ellas mismas, pero a la vez tienen un tremendo
potencial, de modo que el usuario puede sacarles mucho más jugo a
medida que aprende a utilizarlas y experimenta con ellas. Esta tecnología
es accesible precisamente porque cualquier otra tecnología actual
requiere de conocimientos expertos para el uso e interpretación de
los datos; en cambio programar en el lenguaje de ordenador, aunque también
es especializado, se parece más al tipo de conocimiento que se da
a través del aprendizaje de un lenguaje, algo a lo que la mayoría
de la gente está acostumbrada, por tanto, requiere de un esfuerzo
mucho menor que el necesario para aprender un lenguaje humano.
¿Ud. ha señalado que el ciberespacio
no tiene centro, cuáles son las implicaciones sociales frente a esta
concepción de la Red?
Esta es otra característica de este entorno, y una de las más
importantes: el ciberespacio no posee un «centro» como el resto
de medios de masas desde donde emitir, no se corresponde con una geografía
física. Tiene en sí, una horizontalidad que le viene por estructura
y que, aunque refleja cierta verticalidad de nuestra sociedad, aún
así, se le escapa. El reflejo no es del todo fiel. Lo importante
es ver que el ciberespacio no tiene centro pese a algunos intentos por controlarlo,
y esto hace que sea más difícil que se reproduzca 100% la
estratificación que impera fuera de él. En el ciberespacio,
todo y todos están lejos y cerca a la vez, y esto es lo nuevo a nivel
social. Y eso con un aprendizaje en torno a estas tecnologías, puede
convertirse en un tremendo potencial para las personas ubicadas en cualquier
punto del planeta. El ciberespacio es una red no puramente tecnológica
sino social, y al contrario de lo que pretenden algunos, no es jerarquizada
y por tanto, es difícil que se pueda monopolizar el acceso.
?El ciberespacio es una red no puramente tecnológica
sino social, y al contrario de lo que pretenden algunos, no es jerarquizada
y por tanto, es difícil que se pueda monopolizar el acceso.“
¿Cómo entendería la dicotomía entre «lo
local» y «lo global» en esta visión de ciberespacio?
Se podría decir de manera general, que existe una interrelación
entre lo local y lo global, una suerte de paradoja: mientras por un lado
se destaca su universalidad, sin referente geográfico preestablecido,
lo que está dentro de su misma razón de ser; esto choca con
una defensa de lo local que puede observarse en gran cantidad de entornos
sociales que están dentro del mismo ciberespacio. Se puede incluso
ver que existe una tendencia a acudir a entornos que estén a nivel
simbólico, cerca del usuario, aunque sea sólo en un plano
discursivo. A manera de ejemplo, se dice que una ventaja del chat es que
te puedes contactar con una persona en el otro lado del planeta, pero la
experiencia muestra que las conversaciones se producen entre personas físicamente
próximas. Por ello, considero que desde lo local, se puede responder
a este tipo de paradojas y también demostrar que el ciberespacio
no es otro canal de información más, sino que también
puede ser suyo. La flexibilidad y la accesibilidad del ciberespacio permiten
desarrollar en él auténticos programas de acción desde
lo local.
¿Puede explicarnos por qué Ud. considera
que el uso del ordenador y de la Red puede constituirse en fuente de aprendizaje
constante?
Al ser el ciberespacio un entorno relativamente accesible económicamente
y en cuanto a nivel de conocimiento previo, pueden desarrollarse muchas
formas de participación, y si se llega a aprender su lenguaje, cualquier
persona puede convertirse en emisor desde cualquier punto geográfico...
como señalé anteriormente, el ordenador y la Red favorecen
un aprendizaje progresivo a partir de estándares bajos, y aquí
la experimentación es fundamental. Está claro que un aprendizaje
de este tipo puede llevar muchos años en formación reglada,
pero el contenido siempre está en evolución y en permanente
modificación tanto de hardware como de software, por ello, la experimentación
resulta más importante en este tipo de aprendizaje que en cualquier
otro conocimiento. Pero algo que a mi modo de ver es más importante,
es que este tipo de conocimiento no requiere obligatoriamente de una formación
oficial, ya que nada impide que una persona que ha acumulado experiencia
para crear un portal de Internet lo haga, incluso a veces, mejor que los
expertos. Hay que hacer la salvedad nuevamente que este tipo de accesibilidad
tampoco es igual para todo el mundo ya que resultará menos posible
acceder a este aprendizaje desde una precariedad económica o a falta
de educación básica.